Te ofrecemos nuestro conocimiento como profesionales, nuestra experiencia como deportistas y nuestra dedicación como docentes para que formes parte en alguna de las modalidades de entrenamiento de El grupo y puedas cumplir las metas que te proponés alcanzar.
Entrenamiento a través de:
- Planes a distancia, con seguimiento vía mail (consultar).
- Entrenamiento personalizado con planificación y seguimiento personalizado (acordar horarios con el profesor/entrenador).
- Entrenamiento en grupos reducidos, con planificación personalizada.
- Entrenamiento en los circuitos Adidas: Palermo 1 y Palermo 2.
Las planificaciones están orientadas al objetivo personal de cada alumno, pudiendo ser éste de índole competitivo o puramente recreativo. Nos dedicamos al entrenamiento para carreras de calle, maratón, aventura, triatlón y pruebas combinadas. También programamos salidas de entrenamiento grupales y viajes a carreras en conjunto.
Por otro lado, al formar parte de El grupo, podrás contar con descuentos y beneficios de nuestros sponsors que figuran a la derecha.


HORARIOS Y LUGARES:
Lunes:
-Natación: contactarse vía mail por lugar y horario.
-Pedestrismo: Circuito Adidas Running Palermo 2 (Rosedal de Palermo: km 0, 19.30 hs, Alejandro)
Martes:
-Natación: contactarse vía mail por lugar y horario.
-Ciclismo: Circuito KDT (9.00 hs, Alejandro)
-Pedestrismo: Circuito Adidas Running Palermo 1 (Lago del Golf de Palermo, frente a la confitería: 19.00 hs, Marina)
Miércoles:
-Pedestrismo: Rosedal de Palermo Km 0 (8.00hs, Alejandro) // Circuito Adidas Running Palermo 2 (19.30 hs, Alejandro)
Jueves:
-Natación: contactarse vía mail por lugar y horario.
-Ciclismo: Circuito KDT (acordar horario)
-Pedestrismo: Circuito Adidas Running Palermo 1 (19.00 hs, Marina)
Viernes:
-Natación: contactarse vía mail por lugar y horario.
-Pedestrismo: Rosedal de Palermo Km.0 (19.00 hs)
Sábado:
-Pedestrismo: Adidas Urban Gym
-Ciclismo: Circuito KDT o salida de MTB (11.30 hs aprox.)
Domingo:
- Fondo Largo de Ciclismo y Pedestrismo. (a convenir)

Contactos: elgrupoentrenamiento@gmail.com , marinasaun@yahoo.com.ar, aterzo@hotmail.com

CRÓNICAS:

viernes, 31 de julio de 2009

Embarazo y Atletismo: "Mi experiencia corriendo con bebé a bordo" (por Marina Saún)
Los invito a leer esta nota, hasta ahora de tres segmentos, en la Sección Notas de Interés (y de paso, pueden chequear alguna que otra nota más, para los que no conocen esta sección del blog). El link es http://notasdeinters.blogspot.com/

domingo, 26 de julio de 2009

Invierno y Running

Un breve relato de uno de nuestros alumnos activó esta idea. Eso, sumado a los sucesivos días de bajas temperaturas que azotan Bs. As. últimamente. Recordé lo que es entrenar en invierno, con entumecimiento, tiritando, con sudor frío, con viento, sin gente, a oscuras, con mucha ropa, con ganas de no estar ahí, etc. Sí, es verdad, soy una de las que detestan el frío y sé que no es el caso de todos pero sí que hay que concentrarse más en el objetivo planificado y en la gratificación del después para no claudicar durante y para no desistir antes de empezar. Así que se me ocurrió presentar los testimonios (experiencias, pensamientos, recuerdos) de algunos alumnos de El Grupo para que pudieran leerse, reflejarse en otros y motivarse a sí mismos.
Así que, a calzarse los largos, los guantes... y a enfrentar la fresca!!


"Te cuento que ayer miércoles, luego de la gran tormenta del martes a las 8.30hs, estaba trotando por Palermo. Lo tomé como un día más de entrenamiento, a pesar de ser consciente del frío y del viento. Cuando comencé a calentar (creo que nunca lo logré) me dolía todo, el frío me calaba los huesos y las articulaciones; pero de todos modos, al finalizar, me sentí bien. No tanto por el logro del entrenamiento, que en realidad fue menos que el que debía hacer, pero está la gratificación personal, a mi modo de entender y vivenciar, que es la capacidad de superación ante las adversidades. Es una de las bondades del deporte, más allá de los logros físicos. "
Adriana D’ Addario

"Dos anécdotas que me acuerdo preparando la Maratón de Rosario:
Viernes 29/5, 19.30hs, 3 grados de sensación térmica: Con Ale ausente con aviso por mudanza (y si no hubiera avisado da lo mismo porque los viernes se queda de onda) y con María B. lesionada descansando en casa (la nombro a María porque es la que nos hace el aguante generalmente), apareció Laura y su vehículo para que los que habíamos concurrido a entrenar, pudiéramos hacer el laburo, al tener un lugar donde dejar las cosas. El viernes nos tocaban 18 Km. de trabajo y le ofrecimos a Laura que se llevara nuestras mochilas a su casa, dada la duración de nuestra rutina, y luego pasábamos a retirarlas. Conclusión: no sólo nos esperó ella haciendo tiempo en Café Martínez con Anita, Lauta y Rami, sino que además nos alcanzó hasta la parada (aclaro que ya eran pasadas las 21.30, y los pingüinos circulaban por Libertador del frío que hacía). Mismo viernes, misma hora: Empezamos a correr con Lili y sentimos unos pasos acercándose, acompañados de una frecuencia respiratoria muy peculiar (los que corren con él saben a lo que me refiero, por algo es nuestro "crazy horse"). Era nuestro Psiquiatra de cabecera, que se bancó casi 10 de los 18 km corriendo a nuestro ritmo y no contento con ello, luego de despedirse, apareció a la salida de una curva en su bici para seguir acompañándonos tres o cuatro km. más, sin palabras."

"El día del fondo de 3hs en que no tuvimos mejor idea que hacerlo al lado del río, con una Sudestada que nos cortaba la cara, y la pregunta clásica ¿quién me manda? y la respuesta, clásica también, seguir corriendo hasta que se cumpla con el trabajo establecido.
La Lugones, Parque de los niños, el Paseo de la Costa en Vicente López y la bicisenda del tren de la costa hasta San Isidro, nos vieron pasar flameando, pero es verdad también que a la vuelta, empachados de viento helado volvimos hasta Geba por Libertador. Y es siempre la misma sensación la del final, cuando entrenaste dando lo mejor, esa dulzura de endorfinas que te dejan con la certeza del deber cumplido y ahí ya no importa el frío ni las contracturas. Se disfuta más la sesión de estiramiento con los compañeros de aventura, aunque esa vuelta nos dió una mano grande Elvi, que nos hizo pasar a Newbery para poder sacarnos la ropa mojada. "
Julio Gelmini

"Esos son los entrenamientos de la "hora de la verdad". Los momentos anteriores al entrenamiento son mortales: "Pucha, hace frío, voy, no voy, bueh sí, voy, pero me tengo que abrigar. ¿Que me pongo para aguantar el frío pero tampoco cocinarme? ¿Dos remeras? ¿Remera y buzo? ¿Calzas largas o shortcito?" Y una vez que decidiste todo esto, ahí sí la hora de la verdad. Empezás a correr pensando en el entrenamiento de ese día, pero a medida que empezás a correr ni sabés si lo terminás. Al principio, frío, nariz húmeda, entumecido. Pero pasados los 10 ó 20 minutos críticos de "entrada en calor" todo vuelve a la normalidad: tantos metros en tanto tiempo con tantas repeticiones y todo bien. Al final, un poco de trote suave para volver a la normalidad y llegar a destino sin olvidarse de estirar en un lugar al resguardo del frío. Y lo mejor de todo entrenamiento: una buena ducha caliente donde al final reflexionás que el entrenamiento valió la pena, que el frío es sólo un detalle que podemos vencer simplemente con las ganas (¿o demencia?) que tenemos de correr."
Fernando López.


"El invierno que más recuerdo fue el primero con Adidas, allá por el 2007. Fue durísimo porque nunca había entrenado con temperaturas tan bajas, y mis "pilchas" no era muy adecuadas (las de ahora mas o menos ja). A decir verdad, prefiero el invierno al verano... tanto para entrenar como para correr; el frío me da como más ganas de correr, no sé si es por motivación propia, desafío de entrenar con adversidad, para probarme a mí mismo, o un poco de todo, pero el cansancio se siente menos... Aunque este invierno, y particularmente estas dos últimas semanas, hemos sido un tanto locos, héroes y dementes, entrenando con temperaturas bajas, vientos fuertes y algunas lloviznas por ahí. Pero como te comentaba anteriormente, este clima es motivador total, al menos en mi caso, para calzarme el traje de running y corretear por ahí."
Ariel Prypstejn

"En lo personal, correr casi siempre es un reto que me obliga a querer dar más y superarme en cada kilómetro que completo y a cada paso que doy. Sin embargo, esto no termina ahí; mejor dicho, recién empieza porque en invierno, cuando las temperaturas son excesivamente bajas, se hace más difícil. Calzarse las zapatillas, los guantes, los múltiples buzos y cualquier otro abrigo para enfrentar esas temperaturas no es nada fácil pero saber que estás haciendo el esfuerzo tiene sus recompensas. Luchar con tus ganas de estar en tu casa al resguardo del frío, la ducha caliente y reconfortante después del entrenamiento o, como la frutilla del postre, sentir que lo LOGRASTE hacen que uno al final ni se acuerde del trabajo que le costó arrancar. Ahí radica lo estimulante del desafío: poder decir “Lo hice” a pesar de todo: del frío, del viento, del cansancio o, inclusive, de mí misma. El esfuerzo es grande, la satisfacción de querer y PODER, mucho más."
María Dolores Seoane.
"Recuerdo especialmente un día de Julio de 2007. Sí, el mismo año en que nevó
en Buenos Aires. Hubo un día previo muy pero muy frío de un invierno que fue
particularmente largo ( el día de la maratón en noviembre hizo 0º). Ese día no
recuerdo cuántos, pero tenía que correr muchos kilometros y al mediodía se
descargó una tormenta impresionante. A la noche, entre el frío y la inundación,
sólo mi compañero de entrenamiento y yo estabamos en el Rosedal. Nadie más.
Ni siquiera mi entrenador, que 4 años antes me había dicho "Cuanto más duro
es el entrenamiento por las condiciones, tanto mejor". Se ve que ese día fue un
límite para él porque se quedó mateando o mirando películas de surf. Fueron
dos horas corriendo entre charcos con mucho viento, frío y casi sin luz. Recuerdo
perfectamente que decidimos correr la vuelta cada uno en sentido diferente. No
sé por qué hicimos esto pero dos veces por vuelta nos cruzábamos y nos
chocábamos las manos heladas y sabíamos que al menos alguien más era testigo
de la propia "insanía". En la actividad solitaria del corredor estos
momentos nos marcan, nos dicen si vamos a poder o no. Había, seguramente,
mil cosas mejores para hacer esa noche y elegimos correr en esas condiciones.
¿Por qué? Porque en realidad no sufrí ... lo disfrutaba cuanto más duro era,
una de esas cosas inexplicables para los que no corren o para los que corren sin
pasión. No sé si lo volvería a hacer pero seguramente no me voy a olvidar nunca
de la sensación que tuve cuando terminamos ese entrenamiento. Ese día supe
que podía y aún hoy me emociona".
Daniel Larraona.

"Cero de térmica (Miércoles 22/07/09)
Llegué a casa. Me puse los cortos. Agarré las zapatillas. Mi vieja pasó y casi extrañada me preguntó si realmente iba a ir a correr. "- Ya descansé demasiado estos últimos dos meses. El clima no decidirá por mí ", respondí como si fuese la estrella de una película. Me puse una remera de mangas largas. Otra de mangas cortas arriba. Sumé la camperita. Agarré el gorro. Los guantes. Me calcé el reloj. Y gané la puerta. El Rosedal me esperaba. Los 5 Km. que me separaban hasta allá fueron por lo menos incómodos. Entre la llovizna, el viento y el tremendo frío costaba mucho entrar en ritmo. Y a eso se le sumaba un cráneo que sólo piensa en un tendón, mientras ese tendón no piensa en nada más y se burla de todos. Cuatro. Cuatro corredores entrenando en el sitio comentado. Nadie más. Nunca ví tan poca gente ahí. Apenas si pasaba gente que volvía de su trabajo y tal. Nadie. Un desconocido, Luiggi y Aldana (para quienes los conocen) compartían con este que ya entrado en temperatura escribe. Entre pasada y pasada compartíamos charlas, aunque las caras ya no nos pertenecían: se hacía complicado poder hablar por la dureza de los rostros. Nunca pero nunca sufrí tanto un entrenamiento por culpa del clima. Jamás. Había momentos en los que el viento te hacía muy difícil poder avanzar. Y el frío... Y sentir que las manos, los dedos más específicamente, ya casi que dejaban de irrigar. Y no exagero. Aldana calculaba su última pasada para terminar en dirección a su domicilio. Luiggi me repitió: "- ¡Somos unos boludos! Qué carajo hacemos acá!". Como ambos estamos comenzando a preparar la Maratón de octubre, le propuse un trato: ese día, el 11, durante la carrera, tendrá que acordarse de lo insoportable que fue entrenar hoy. Ponerle corazón, de eso se trata esto... y todo lo demás también, ¿no? (hay lecciones que aún no logro aprender)."
Lucas Savignano

jueves, 23 de julio de 2009

Esta es una nota que recibimos el año pasado. Hoy, releyéndola, nos pareció que debía estar en este blog para poder compartirla con quienes no la han leído. Porque todos nos podemos identificar un poco. Y porque está muy bien escrita y da gusto leerla. Que la disfruten...

Tim Noakes, el autor, es un maestro de la fisiología del deporte; trabaja en Sudáfrica, en uno de los mejores laboratorios de medicina del deporte del mundo. Ha publicado el libro The Lore of Running (2003) y esta es una introducción a dicho libro.

Algunas Reflexiones sobre el Correr
Por Tim Noakes

Como muchos, descubrí el correr enteramente por accidente. Fue en 1969, mientras entrenaba para remar, que comencé a correr regularmente. Pero, durante aquellos años, raramente corría más de dos veces a la semana y nunca por más de 25 minutos. Hasta un día de 1971 cuando, por ninguna razón lógica, decidí correr por una hora. Esa corrida fue totalmente decisiva. Durante esa corrida, finalmente descubrí el deporte que había estado buscando. En la escuela, me habían enseñado que deporte era el críquet y el rugby; la presión para amoldarse a esas reglas era extrema y yo no estaba entonces suficientemente seguro de cuestionar lo que era bueno para mí. Pero mis dudas sobre el real atractivo que estos juegos tenían para mí comenzaron por primera vez, supongo, a la edad de 15 años, cuando descubrí el surfing. Por primera vez descubrí un deporte en el cual era posible estar completamente solo. Lo amé. Sin reglas, sin pautas, sin equipos, sin entrenadores, sin espectadores y, en aquellos días lejanos, muy pocos participantes. Solo yo, mi tabla, mis pensamientos y un océano casi vacío. En pocas palabras, lo que descubrí en el surfing fue un deporte en el cual el factor humano externo había sido completamente eliminado y nada podía menoscabar mi disfrute.
El surfing también me puso por primera vez en contacto físico directo con la naturaleza y su desnuda, frecuentemente cruda y siempre asombrosa, belleza. Y algunas veces, cuando el agua estaba fría y el viento mar adentro era fuerte, de tal forma que cada ola que pasaba dejaba una rociada gélida y punzante que mordisqueaba mi traje húmedo y arañaba mis ojos, esta crudeza se intensificaba. Y yo sabía que era bueno estar vivo, independiente y vigoroso, y tan cerca del abrazo de la naturaleza que, en cada ola, podía oír el latir de su corazón. Encontraba que la atracción hacia el surfing era alarmantemente poderosa.
Más tarde, en la universidad, aprendí a remar. Lo que encontré en el remo fue un deporte de equipo que demandaba dedicación total, perfección física y aceptación del dolor y la incomodidad. El remo me introdujo por primera vez a mi necesidad de dolor auto-infligido, ese dolor inveterado y especialmente nauseabundo que acompaña al entrenamiento de intervalos repetitivos y a la competición.
Al principio, seguía esta necesidad meramente en forma intuitiva. Sólo más tarde comenzaría a sospechar que la continua exposición a, y dominio de, esa incomodidad es un ingrediente esencial para el crecimiento personal. Y el entrenamiento para remar, me condujo a correr. Ahora, con treinta extraños años ya transcurridos, este libro me da la oportunidad de reflexionar sobre lo que ha significado para mí correr.
La primera forma en que correr ha influenciado mi vida es que me ha enseñado quién soy yo e, igualmente importante, quién no soy. Aprendí a través de correr que amo la privacidad y la soledad.
He llegado a aceptar que, en común con un buen número de corredores, comparto los rasgos emocionales y de personalidad que William Sheldon (1945) atribuyó a aquellos a quienes él llamó ectomorfos y cuyas constituciones corporales se asemejan a la de los corredores de fondo campeones. No pienses ni por un momento que estoy sugiriendo que podrías confundir mi estructura corporal generosamente dotada con la de un corredor campeón. ¡No es así! Más bien, comparto algunas de las características de personalidad que Sheldon atribuyó a ese grupo físico: un amor por la privacidad, un sobrecogedor deseo de soledad y la incapacidad de relajarse o hablar en compañía; una preocupación exagerada por la salud física; patrones típicos de comportamiento mental que incluyen soñar despierto, enajenamiento (estar como ausente), procrastinación (postergar las cosas) y cierta incapacidad para tomar decisiones. De acuerdo con Sheldon, la eterna búsqueda del ectomorfo es entender el enigma de la vida.
"Aún si llegara a amanecer el día en el cual no fuese necesario para pelear las viejas duras batallas contra la naturaleza, el vigor muscular siempre será necesario para suministrarnos un trasfondo de cordura, serenidad y alegría de vivir, para otorgar elasticidad moral a nuestra determinación, para redondear el filo metálico de nuestra irritabilidad y hacernos bien humorados y fáciles de abordar." William James (1892)
Dadas estas características, los atractivos de correr son obvios. Para comenzar, provee completa soledad. Aún en las más abarrotadas competencias, se alcanza el punto en que la fatiga nos conduce de nuevo dentro de nosotros mismos, dentro de aquellas confinadas partes de nuestras almas que descubrimos sólo bajo tales presiones y de las cuales emergemos con una clara perspectiva de la clase de persona que realmente somos. Correr puede también aliviar nuestra preocupación excesiva por la salud dándonos evidencia de que aún estamos bien. La descarga emocional y la fatiga física inducida por correr mejora nuestro sueño. Y correr puede proveer un contexto para echar una mirada al mundo, buscando explicaciones a los enigmas de la vida. Segundo, correr me hizo nuevamente consciente de mi cuerpo y de mi responsabilidad de cuidarlo. Tener un cuerpo físicamente mejorado demostraba que me preocupaba, que tenía amor propio y, más importante aún, autodisciplina. Correr también me hizo enorgullecer de lo que podía llegar a lograr que ese cuerpo hiciera, si lo preparaba apropiadamente. Como la mayoría de los corredores, no estoy realmente diseñado para correr. Soy muy desgarbado y excesivamente alto, con demasiada grasa, músculo y hueso. Pero estas mismísimas desventajas han elevado las recompensas. Porque, al igual que cualquier habilidad que uno ha adquirido, cuanto mayor es el esfuerzo que requiere su adquisición y mayores las dificultades superadas, más gratificante es el resultado.
Luego descubrí que la consecución exitosa de los severos desafíos de correr, tales como finalizar una ultramaratón tan rápido como pudiera, me dio la confianza de creer que, dentro de mis propios límites, yo podría lograr cualquier objetivo físico o académico que yo mismo me fijara, siempre y cuando estuviese preparado para hacer el esfuerzo necesario. Aprendí que las recompensas de correr, como en la vida, vienen sólo en proporción directa a la cantidad de esfuerzo que estoy preparado para ejercer y al grado en que pueda armarme de la disciplina y la aplicación requeridas.
El correr también me enseñó un elevado grado de autocrítica y de autoexigencia. Me di cuenta de que nunca es posible lograr tu máximo absoluto, alcanzar el pináculo de perfección absoluta. Más allá de cada cima académica o deportiva siempre habrá, por cierto, siempre debe haber, otra cumbre esperando ser afrontada. Mavis Hutchinson se dio cuenta de ello en el preciso momento de cumplir con la ambición de su vida, correr atravesando Norteamérica. Cuando terminó, ella vio que aún tenía una vida por delante con otras metas y otras ambiciones por alcanzar.
Cuarto, correr en competiciones me enseñó la humildad de darme cuenta de mis limitaciones y de aceptarlas con orgullo, sin envidia de aquellos que pudieran tener dones físicos o intelectuales de los que yo carezco. A pesar de que nunca podré correr como los atletas de elite que describo en este libro, aún así puedo dedicar el mismo esfuerzo a mis mundanos talentos, tal como ellos lo hacen con los suyos, y así intentar obtener tanto placer y recompensa al correr como el que ellos obtienen.
La humildad comienza, creo yo, con la modestia y la autocrítica. Percy Cerruty, quien conoció a muchos grandes atletas, escribió que los atletas verdaderamente sobresalientes que él había entrenado nunca eran arrogantes, insolentes o descorteses. Ellos eran más bien circunspectos, modestos, pensativos y ansiosos de adquirir nuevos conocimientos, y odiaban los halagos, atributos que yo he encontrado en virtualmente todos los corredores prominentes que he tenido el privilegio de conocer. En verdad, sospecho que estas características son esenciales en un deporte, en el cual el éxito y el fracaso son tan espantosamente visibles, y en el cual la duración del éxito es tan efímera, durando, como mucho, un puñado de veranos.
Sugiero que para obtener éxito real al correr, como en cualquier otra actividad que valga la pena, debe siempre existir el temor al fracaso: un miedo muy real de que llegará el día en cual fallemos, sin importar que tan duro nos hayamos preparado. Es esta misma inseguridad la que evita que nuestra autoconfianza cuidadosamente alimentada se convierta en arrogancia. Y es también en nuestros inevitables fracasos que se siembran, y eventualmente florecen, las semillas de nuestro crecimiento personal.
Quinto, correr me ha enseñado sobre la honestidad. Verás, no existe la suerte al correr. Los resultados no pueden simularse y no hay nadie a quien culpar excepto a tí mismo cuando las cosas salen mal.
Así que correr me ha demostrado que la vida debe ser vivida como una competición con uno mismo. Me ha hecho apreciar lo que ahora creo es una debilidad de la mayoría de los deportes de habilidad y de equipo: en esos deportes no tienes que admitir tus imperfecciones; siempre existe algo o alguien más a quien culpar, si eliges hacerlo.
Las verdaderas competiciones son aquellas en las que nos probamos a nosotros mismos en compañía de otros. Peter Pollock, quien alcanzó la inmortalidad en el críquet, hubo de correr la Maratón Comrades antes de que pudiera escribir: No habrás vivido en el mundo del deporte competitivo hasta que no hayas peleado una batalla que no es contra un oponente, sino contra ti mismo.
Sexto, en los últimos años, he aprendido a utilizar el correr para la relajación y la creatividad, como mi forma de jugar. He encontrado que correr es una forma de convivir con los inconvenientes de todos los días. Y provee el tiempo para la creatividad que es importante en mi trabajo. De esta manera he escrito artículos, preparado discursos, diseñado experimentos de investigación y, por cierto, refinado este libro durante esas horas que he pasado corriendo. Y he encontrado que mi pensamiento durante esas horas es más creativo e intuitivo que a cualquier otra hora de mi día.
Correr me ha enseñado que la creatividad no es el resultado exclusivo de trabajar duro. Para mí, pareciera que un juego regular, como correr, provee la actividad infantil necesaria para que el acto creativo ocurra, para que los noveles pensamientos aparezcan aparentemente de la nada y para que las viejas ideas establecidas cobren de repente un nuevo significado.
Podría ser como el matemático Morris Kline escribió: El acto creativo debe muy poco a la lógica o la razón. En verdad, pareciera ocurrir más prontamente cuando la mente está relajada y la imaginación deambula libremente.
Finalmente, correr puede enseñarnos acerca de nuestra componente espiritual, el aspecto que nos hace singularmente humanos. Ésta, sospecho, es la necesidad de descubrir y de perfeccionar la necesidad de seguir avanzando. Correr personifica ese empeño enseñándonos que no debemos detenernos. Paavo Nurmi escribió: Debes moverte, de otra forma estás destinado a la tumba. Arthur Newton sentía de igual manera: Nunca debes quedarte quieto cualquiera sea la etapa; si no avanzas, te deslizas hacia atrás. De manera que heredamos este deseo de empujar hasta el límite para averiguar qué nos hace lo que somos y que hay detrás de todo ello.
Las recompensas de hacerlo bien son aquellas que el corredor experimenta en la excitación previa al albor en el comienzo de cualquier maratón: Dios hizo un hogar en el cielo para el Sol, él se asoma por la mañana... como un atleta ansioso por correr una carrera.
Autores citados: Sheldon, W.H., Stevens, S.A. (1945). The Varieties of Human Temperament (3rd ed.). Harper, New York. Crawford, E., Gilmore, D., James, W.H. (1992). "Running in the family". Nature 357, 272.


El 11 de octubre de 2009 se llevará a cabo la tradicional Maratón de Buenos Aires, esta vez con el desarrollo simultáneo de una Media Maratón. Ambas carreras cuentan con Adidas como main sponsor.
El Grupo ya se está preparando a full para ambas carreras!
Info: http://www.maratondebuenosaires.com/
A continuación, les copiamos la razón por la que Adidas organiza dicha carrera:

¿Por qué elegimos 42k?

El maratón no es una distancia más. El maratón es una prueba de supervivencia. Y premia a todos cuantos llegan a la meta.

Los 42k son una hazaña que siempre emociona. Sean en el record increíble del más profesional de los atletas o en el coraje asombroso que le ponen aquellos para quienes cruzar la meta es, de por sí, un sueño extraordinario.
Cuando se corre un maratón, se pasa a formar parte de la historia. Por eso el primer maratón nunca se olvida. Nada de lo que se haga más tarde será tan memorable. Es un hecho único, que marca un antes y un después en la vida de un corredor.
No aceptamos correr un maratón a pesar de su dificultad, sino justamente porque sabemos que implica sufrimiento y lucha. Queremos explorar el límite de nuestra resistencia. Porque somos curiosos y queremos saber qué pasa en el cuerpo después del km 30. Sobretodo, queremos demostrarnos a nosotros mismos que podemos. Y vamos a recordar esta proeza, en otros momentos de la vida, cuando sintamos que las fuerzas se nos acaban.

Es que cuando corremos hasta sentir que no podemos más, y aún entonces, seguimos corriendo… Nos sentimos más vivos que nunca.

Por eso elegimos los 42k. Porque queremos recordarnos que estamos vivos, que estamos sanos. 42k más cerca de la felicidad, 42k más lejos de la muerte. Porque con los 21k nos quedamos con hambre. Porque correr en general, hace bien a la salud; pero correr un maratón, hace bien al espíritu. Porque nos vuelve más seguros, más dúctiles, más tolerantes, más sabios… Porque nos gustan los desafíos, y porque queremos contárselo a nuestros nietos.
Reebok: Esta marca deportiva lanza la carrera “Reebok 10KM”. Bajo su concepto “Your Move”, la cita atlética se llevará a cabo el 2 de agosto a las 9 hs. en Palermo.
La inscripción se extenderá hasta el 27 de julio a las 18hs o hasta agotar cupos. El trámite es personal, con documento de identidad, y tiene un valor de $70 (setenta pesos) hasta el día 16 de julio y de $85 (ochenta y cinco pesos) desde el 17 de julio hasta el 27 de julio.
La carrera Reebok 10KM contará con un sistema de clasificación por chip, con el que se podrá identificar el momento de llegada a la meta y el tiempo logrado, para así conseguir una marcación precisa. Los “Runner Kit”, que incluyen el chip de la carrera y la remera oficial, serán entregados los días 30 de julio y viernes 31 de julio en el
Tattersal de Palermo (Av. Libertador 4595, Buenos Aires) en el horario de 10 a 20 hs.
El punto de partida será Av. Figueroa Alcorta y Sarmiento, el 2 de agosto a las 9:00hs y se prevé que 8.500 corredores realizarán un recorrido de 10 kilómetros por el barrio de Palermo; los seis primeros en llegar de cada categoría, incluidos los disminuidos visuales y silla de ruedas de ambos sexos, recibirán premios en efectivo y zapatillas
Reebok.
Para asegurar el bienestar de los participantes, los 200 metros previos a la largada estarán calefaccionados y el recorrido contará con asistencia médica y puestos de hidratación
Powerade y Dasani.
Los corredores podrán inscribirse visitando la página web oficial de la carrera
http://www.tmxteam.com/reebok10km/index.htm o acercándose a los 6 puntos de inscripción, ubicados en:
RBK Concept Store:
Av. Santa Fé 1644.
Gimnasios Sport Club:
* Sport Club Cabildo: Av. Cabildo 1644.
* Sport Club Libertador: Crisólogo Larralde y Libertador.
* Sport Club Centro: Av. Roque Sáenz Peña 647.
Local Dexter:
Unicenter Shopping - Paraná 3745 2º nivel.
Local Just For Sport:
Dot Baires – Vedia 3632, Saavedra Capital Federal.
Los resultados de la carrera serán enviados vía SMS personalizados a cada corredor o bien podrán consultarse en:
www.tmxteam.com/reebok10km/index.htm
ESTA CARRERA NO SE SUSPENDE POR LLUVIA


Cabe destacar que El Grupo se hará presente en esta carrera de la mano de numerosos "representantes". Allá vamos!