¿Cómo se hace para volver?

Reflexión a cargo de nuestro alumno, contador, ex maratonista, hacedor de asados y actual "aerobista" no del todo resignado a la competición. ¿Quién, en algún momento determinado, no se ha sentido identificado con este "dilema"?

Con uds, Daniel Larraona, en sus propias palabras...

¿Cómo se hace para volver? Si estás cambiando una pasada por una picada y un fondo por una fondue parece imposible. Los extremos no son buenos dicen por ahí, entonces sabemos que es tan malo estar todo el día pendiente del entrenamiento como no correr ni siquiera un rumor. La duda diaria. ¿Hoy empiezo el plan a full? No, mejor la semana que viene. Esta la dedico a ir al cine, a comer como refugiado, al sexo tántrico y a la cerveza con la barra (mierda que hay cosas mejores que correr! pienso a veces). Como sea, luego de estar mucho tiempo con el "polar" puesto hasta para bañarme hoy navego en la indecisión, la melancolía y la culpa. Hago una semana para que hasta Usain Bolt envidie y las dos siguientes parezco Charly antes del lavado de cerebro. ¿Se perdió el fuego sagrado? Vaya uno a saber. Lo cierto es que cada sábado, cuando veo que los camiones van bajando las vallas para la carrera del domingo, me prometo: "la próxima tenés que estar, aunque sea gateando". Y se va el año y las carreras y yo gateo en la alfombra con Genesis. Lo que me da vueltas es por qué me preocupo tanto, algo debe haber adentro mío (aparte de la locura habitual) para que sueñe que corro carreras, que "envidie” a los que, como yo antes, los domingos hacen un fondito mientras yo ni siquiera puedo afeitarme. Algo quedó de aquellos momentos, la felicidad de pasar bajo un arco de llegada no se olvida fácilmente. Será cuestión de hacer un esfuerzo, pero esta semana no, la próxima prometido.